El escramasajón se caracteriza por tener una espiga ubicada sobre la línea central de la hoja, que se encuentra inserta en una empuñadura fabricada de madera y/o cuerno.
Su gran hoja es de un solo filo, la cual, junto con el dorso de la hoja se curvan hacia la punta, que generalmente se encuentra sobre la línea central de la hoja.
El escramasajon se encuentra entre el cuchillo y la espada, en cuanto a dimensión se refiere. Los pueblos nórdicos y de Escandinavia de finales del siglo VII en adelante lo adoptaron como arma de combate principal.
También era el arma blanca de las tribus de origen germánico (francos, sajones, godos, etc.) que dominaron Europa Occidental tras la caída del Imperio romano. Fue un arma muy utilizada también por lo vikingos.
Gracias a su afilada punta y de un solo filo, el escramasajón estaba principalmente diseñado para ensartar o apuñalar, pero también se podía usar para dar tajos, ganando terreno sin arriesgar la posición al ser atacado por el adversario, lo que la convertía en una combinación muy efectiva de daga, cuchillo y espada corta.
El largo de la hoja podía variar entre los 15 a 50 cms., lo que lo convertía en daga, cuchillo o espada corta.