La Espada Gladius de la Antigua Roma es arma blanca de doble filo utilizada por las legiones romanas. Gladius es el término romano utilizado para designar la espada. Tenía una longitud aproximada de medio metro aunque también se hacían a medida.
Los soldados romanos eran prácticos a la hora de matar a sus enemigos y con hundir la punta de la espada gladius 5 centímetros en el cuerpo del adversario era suficiente para derribarlo.
Las gladius romanas fueron adaptadas de las cortas espadas usadas por los mercenarios celtíberos (gladius hispaniensis) al servicio de Aníbal, durante las guerras púnicas.
También podían usarse dando tajos, lo cual muchas veces no servía de mucho ya que el enemigo podía llevar una cota de malla; si se daba el caso de que tuvieran que dar un tajo tenían doble filo.
Las espadas originales hispanas estaban medidas para cada persona y hechas en hierro de alta calidad, que se trataba de manera especial, dando como resultado armas excepcionales.
El fin del uso de esta eficaz arma, considerada como la mejor espada que jamás haya existido desde el punto de vista práctico y estratégico, y la que más muertes provocó en la antigüedad, fue marcado por el Medio Imperio. La gladius constituyó una mejora de la falcata por el cambio de metal, que la hacía más ligera.
La espada gladius está diseñada para ataques rápidos de estocada. Esto era muy práctico, ya que el legionario romano que llevaba la espada se resguardaba tras un scutum; una vez que el enemigo descargaba inútilmente su golpe sobre el escudo o armadura del romano, o se disponía a hacerlo, el romano lanzaba una rápida estocada con su ágil gladius, apuñalando y matando al rival.
La gladius fue sustituida por la spatha, copiada de los bárbaros germánicos.