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La guarnición de una espada comprende todos los elementos que le sirven para sostenerla y para proteger la mano o las manos de quien la empuña. La empuñadura, que también se denomina puño, es la zona de la guarnición empleada para sostener la espada.
El pomo es el extremo generalmente esférico de la empuñadura de las espadas antiguas que cumple una doble función: contribuir a equilibrarla y permitir ayudarse con la otra mano al empuñarla. En las espadas modernas se la denomina monterilla y es de menor tamaño.
El pomo no siempre ha sido esférico, pues según la época y la población conocemos variedad de espadas con pomos de diversas formas como la triangular, cónica, romboidal, ovalada, lobulada, cuadrada, la forma de nuez, etc.
El pomo contribuye de manera evidente a dar una estética especial a la espada, pero su función no es solo estética, sino que también contribuye al peso y al balance de la espada.
El pomo, al estar en el otro extremo de la punta de la hoja de la espada, también le proporciona equilibrio al hacer contrapeso en el adecuado centro de gravedad, facilitando el manejo rápido del arma con la mano y el brazo del combatiente.
Los guerreros también solían emplear el pomo en los combates cuerpo a cuerpo, usándolo como arma contundente con la que golpeaban al contrincante, infligiéndole daños severos.
Los pomos pueden ser ligeros o pesados, según el material con que se fabrican. Pero las espadas de lucha o combate, especialmente desde el siglo XI, tenían sus pomos metálicos por lo que conformaban, con el resto de la espada, el equilibrio final de la misma.
Se cree que un pomo grande y pesado ayuda a sujetar bien la espada en la mano y equilibra perfectamente el peso del arma, porque el centro de gravedad de la espada debe estar perfectamente calculado: si cae demasiado hacia la punta, la hará mucho más contundente, pero difícil de manejar.
Si es al contrario, ganará en manejabilidad, pero perderá contundencia. Esto, en una espada destinada preferentemente a herir de filo es primordial, por lo que los maestros espaderos tenían que lograr un equilibrio perfecto para lograr un arma manejable y, a la vez, efectiva.
El material usado para la elaboración del pomo solía ser el hierro, el cual podía a su vez ser decorado de diversas formas: grabado, dorado con bronce u oro, plateado, o contener piedras engastadas si bien éstas dos últimas opciones eran habituales en las espadas de corte, o sea, para ceremonias y demás eventos.
Las espadas de guerra solían portar pomos muy sobrios y muy sólidos para ayudar a la firmeza de la mano que las empuñaba.
Con las imágenes que os aportamos, podéis ver la diversidad y belleza de forma de los pomos de las espadas funcionales. En las gráficas que siguen os daréis cuenta que el pomo de la espada es una parte muy importante de la misma, porque marca su funcionalidad.