La espada bastarda, también conocida como espada de mano y media, es una espada europea de finales del siglo XIII y que siguió en uso hasta bien entrado el siglo XVI; es de hoja larga y recta, para ser blandida a una mano o a dos manos (ambas en la empuñadura o una en la empuñadura y otra en la hoja). Es una espada cuya empuñadura fue modificada para asirse con las dos manos.
Pero el hecho de que las espadas de esa época comenzaron a ganar longitud influyó en el razonamiento de que eran espadas a medio camino entre las alto medievales de empuñadura corta y los grandes espadones. Además, su hoja tendería poco a poco a fabricarse más fina y estilizada, usando la misma masa casi que su predecesora, pues no es más que una espada medieval mejor preparada para la esgrima y los mandoblazos.
A la espada bastarda se le suele llamar espada montante o espada larga. En francés, hace referencia a las espadas que tenían la empuñadura de mano y media, pero no está claro si por estar entre la empuñadura de a una o a dos manos, o la espada usada por los plebeyos y mercenarios.
Algunas espadas bastardas y todas las espadas largas eran armas de mano y media a dos manos, y no de una sola mano. Por tanto, las espada bastardas consideradas grandes corresponderían a las largas de fin del Medievo y principios del Renacimiento, y eran por tanto usadas a dos manos (el término mano y media es empleado para armas cuyo estilo y uso obligaban a emplear ambas manos de diversas maneras).
Una espada bastarda tiene un peso bien equilibrado para moverse con velocidad, siendo lo suficientemente fuerte como para desmontar a un jinete. Permite un manejo a gran velocidad. Al mismo tiempo, su longitud y peso la vuelven tan efectiva como un mandoble a la hora de romper formaciones de piqueros (que era el propósito original de los espadones).
Recibe su nombre por ser una híbrido de dos espadas completamente distintas: las espadas mandobles y las espadas cortas. La versatilidad de la espada bastarda era tal, que podía ser empleada como una maza, como una lanza y como un hacha.
La técnica empleada constaba de posiciones básicas como el gato, la dama, el rey y caballero, entre otras, además de ataques con el pomo y la guarda.