Darío III Codomano (alredor 380 – 330 a. C.), último rey persa de la Dinastía Aqueménida. Darius o Dario era hijo de Arsames; el apelativo Codomano parece ser una forma adaptada al griego de su verdadero nombre, antes de adoptar el de Darío, para así evocar a Darío I y ganar legitimidad sobre el trono.
El nuevo rey pronto demostró ser más independiente y capacitado de lo esperado por Bagoas, que intentó recurrir de nuevo al veneno para eliminar al rey persa. Sin embargo, esta vez no tuvo éxito, ya que Darío, prevenido de las intenciones de Bagoas, le ordenó beber de la copa envenenada que éste le ofrecía.
Alejandro Magno era conocido por sus dotes militares. Dirigía su ejército desde las primeras líneas y su estrategia militar le llevo a conquistar un extenso territorio. Quizás el principal enemigo con el que se enfrentó fue el rey persa Darío III.
Parece ser que al intentar usar el trono de Darío después de derrotarlo, su baja estatura provocaba que la imagen fuera poco «magna» al no llegar sus pies al suelo.
Alejandro Magno (356-323 a. C.), rey de Macedonia, comenzó a reinar a los veinte años. Se apoderó primero de Grecia y, después de conquistar el inmenso Imperio Persa, siguió avanzando hacia la India.
Fue un gran estratega que nunca perdió una batalla, un visionario cuyos sueños, hazañas y destino dejaron huella en la Historia.
Cuando murió, a los 33 años, había forjado un imperio sin precedentes en la historia. Los personajes más influyentes de su vida fueron: Filippo, su padre; Olimpia, su madre; Hefestión, su gran amigo; Roxana, su ambiciosa mujer, y el general Ptolomeo, confidente y leal compañero de armas.