Una espada y un hacha de bronce de 3.300 años de antigüedad es encontrada por un hombre que buscaba setas en un bosque en la República Checa. Los arqueólogos opinan que la baja calidad de la fundición indica que la espada no se utilizó en combates, sino que tenía un valor simbólico. Hay muchas burbujas dentro del arma por ser una espada de bronce y no de hierro.
Roman Novak, el hombre que encontró la espada y el hacha de bronce, del año 1.300 A.C. explicó que “acababa de llover y fui a recoger setas. Mientras caminaba vi un trozo de metal que sobresalía de unas piedras. Le di una patada y descubrí que era una hoja de espada. Luego cavé un poco más y encontré un hacha de bronce”. Este hallazgo sucedió en noviembre de 2020.
La espada y el hacha se asemejan a las armas utilizadas principalmente en lo que hoy es el norte de Alemania. La espada tiene un mango octogonal y probablemente era una espada muy valiosa hace 3.300 años, cuando la cultura de los campos de urnas recién comenzaba en esta región. A diferencia de las espadas de hierro posteriores, que requerían que el herrero martillara el metal al rojo vivo para darle forma, las de bronce se fabricaban fundiendo metal hasta que se convertía en líquido y luego se vertía en un molde.
