Las espadas con puño de costillas son aquellas cuyas empuñaduras son elaborados artesanalmente, mediante la técnica de forrarlas con alambres y algunas chapitas metálicas que refuerzan el alambre.A partir del siglo XIII se empezó a recubrir la empuñadura con un fino cordel encolado o con alambre trenzado. De esa forma se mejoraba bastante el agarre para una mano que, en combate, inmediatamente se empaparía de sangre y sudor.
También solía añadirse encima del alambre una envoltura de badana muy fina de cordero o de gamo, ajustada de forma que se marcase el encordado interior.
La espada con puño de costillas lleva toda la empuñadura enteramente recubierta de alambre trenzado formado por finos filamentos.
Las espadas de mano y media o de dos manos, tenían las cachas de las empuñaduras fabricadas en dos partes, llevando cada una de ellas una terminación diferente: piel y alambrado, piel y encordado.
Como sabemos, las espadas al ser tan usadas en las batallas, sus guarniciones o empuñaduras eran sustituidas una o más veces a lo largo de la vida operativa del arma.
Hemos visto en este orden como espadas con puños de costillas las espadas rústicas de Alfonso X, la del Duque de Alba, la Colada y la Tizona de El Cid y la de Carlos V. También la espada rústica de los Reyes Católicos.