El simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha y el poder. La lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene, sin embargo, distintos significados.
En estos míticos combates el dragón asume dos papeles, el de devorador y el de guardián, que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser cósmico en espera, cuya acción implica la muerte –o el nacimiento– de un orden universal.
Las actitudes tomadas en las culturas del mundo frente a la figura del dragón y la lucha que supone se distancian en ocasiones, particularmente si se compara la idea de dragón que existe en el lejano Oriente con la predominante en Occidente.
Los dragones chinos (o long), los japoneses (o ryu) y los coreanos son vistos generalmente como seres benévolos, mientras que los europeos son en su mayoría malévolos.
Es por esto que en muchas espadas orientales, tanto japonesas como chinas, la figura del dragón es representativa de poder y fuerza.
Y en Occidente algunas espadas y sables se refieren a la lucha y victoria contra el dragón malvado y destructor como, por ejemplo, la espada de San Jorge-