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Espada Ropera de Lazo Venice

La espada ropera con sus elementos originales (guarnición, puño y pomo) está dotada de un equilibrio tan perfecto que la hace mucho más rápida en la mano de lo que sus dimensiones puedan sugerir a primera vista. El punto de equilibrio de estas espadas suele situarse a unos cuatro dedos de la guarnición.

Espada ropera lazo Venice

La espada ropera tiene tres tipos de guarniciones: de lazo, de concha y de taza, que de forma consecutiva van brindando una mayor protección a la mano que las empuña. Una guarnición de lazo está compuesta por los gavilanes (la cruz, propiamente dicha), largos y generalmente no muy gruesos, un guardamano en forma de arco que protege los nudillos, uno o dos anillos perpendiculares al plano de la hoja, y una serie de ramas que unen entre sí todos estos elementos por el anverso o zona exterior, y por el reverso o zona interior de la guarnición.

Espada ropera de lazo Venice

No todos estos elementos deben estar necesariamente presentes, y por ello algunos autores clasifican este tipo de guarniciones como de cuarto de lazo, medio lazo, tres cuartos y de lazo entero, en función del número de estos elementos presentes. Esta guarnición, habitual entre 1550 y 1620 aproximadamente, tiene su origen en las guarniciones de patillas de finales del siglo XV, y era realmente eficaz para parar cortes, pero en algunos casos la punta del rival podía introducirse entre los diferentes ramales y lastimar la mano que empuñaba el arma. Por ello solían usarse guantes de cuero relativamente gruesos al luchar con este tipo de espadas.

Conforme evolucionaba la esgrima hacia un uso cada vez mayor de la punta, se hizo necesaria una mayor protección de la mano, por lo que entre los anillos de la guarnición de lazo se añadían con frecuencia chapas metálicas (conchas). Con el tiempo estas conchas estuvieron formadas por una sola pieza de chapa de hierro o acero bilobulada, que se unía mediante un par de patillas a la cruz. Nacía así la guarnición de conchas, típicamente española, práctica y resistente, y que gozaría de un periodo de popularidad extremadamente largo.

Espada de lazo Venice

Para incrementar aún más si cabe la protección de la mano, otras guarniciones prácticamente contemporáneas a las de conchas presentaban no una chapa bilobulada, sino un auténtico casquete semiesférico, que en la práctica tomaba la forma de un bol o taza, sostenido igualmente por un par de patillas. Esta taza, que da nombre a este tipo de guarnición, unida a los gavilanes y el guardamano, ofrecía un nivel de protección máximo de la mano, resultando simultáneamente bastante ligera. Su uso se extendió esencialmente por España e Italia, perdurando hasta bien entrado el siglo XVIII. Es la clásica guarnición que se asociaría mentalmente a una ropera.

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