La espada espartana es más corta que las espadas normales, fue utilizada por los lacedemonios y por los ejércitos espartiatas. La primera referencia que existe de la espada espartana es a comienzos del siglo IV a.C., en los escritos de Plutarco (Moralia 217 E) donde se cita una sentencia de Antálcidas, en la cual éste responde a un hombre que le pregunta el por qué de la escasa longitud de las espadas lacedemónicas; las referencias a la espada espartana de Plutarco son con el término encheiridion, es decir, daga.
El hoplita era el guerrero espartano y su arma principal era la lanza, que se lanzaba antes del combate cuerpo a cuerpo. Se ponían en filas y las tres primeras filas lanzaban las largas lanzas para atacar tanto a los enemigos de la primera fila como los que estaban más atrás, e incluso se podía alancear a los que estaban en su diagonal.
El problema de la lanza del hoplita, era que se podía romper durante la batalla y, entonces, era cuando combatían con las espadas espartanas en el combate a corta distancia, que colgaba de un tahalí, lo que permitía agarrar la espada por la vaina con la mano izquierda tras el escudo espartano.
Los espartanos usaban el equipamiento hoplita típico y el pelo largo. Esta espada espartana Lakonia aparece en el libro The Spartan Army.