El clan Tokugawa fue uno de los más poderosos de Japón. Alcanzaron el dominio de Japón durante el período Edo, en donde establecerían el Shogunato Tokugawa entre 1603 y 1868.
Originalmente son descendientes del Emperador Seiwa (56º Emperador de Japón, 850 – 880) de parte de una rama del clan Minamoto, el clan Nitta. Del clan Nitta desciende el clan Matsudaira, que tuvo como base el Castillo Okazaki y controlarían la provincia de Mikawa a partir del siglo XV. En 1567, Matsudaira Takechiyo recibió el permiso del Emperador para tomar el apellido Tokugawa, y cambió su nombre a Leyasu.
A partir de entonces, en los últimos años de la era Sengoku, Leyasu comienza a ejercer poder sobre tierras vecinas y expande la influencia del clan en Japón, hasta que en 1603 Leyasu se convierte en Shogun. En total, unos quince Shogun dominaron Japón durante un período de dos siglos y medio, caracterizado por una paz relativa, hasta que en 1868 el poder de los Tokugawa es transferido al Emperador Meiji, quien apoyado por algunos clanes rivales a los Tokugawa, estableció la Restauración Meiji.